Escucha a tus hijos, Pero de verdad préstales atención cuando te hablen. Conócelos, aprende a observar su mirada. Si te están contando algo, intenta no juzgarlos o regañarlos. No interpongas tú autoridad mejor enséñales de respeto y dignidad. Si no, crecerán con miedo a expresar. Bésalos, abrázalos porque así les estarás enseñando de la protección y el contacto. No los amenaces, no los asustes. De ti aprenden de protección y cuidados. Háblales de sexo, cuéntales que su cuerpo es su templo. Y que la sexualidad es sagrada. Recuérdale si es niña que es importante vivir si competir con nadie. Que todas somos parte del mismo linaje. Que entre mujeres es mejor cuando nos reflejamos en amor. Si es un niño cuéntale que el ha venido de un vientre, que esa fue su nave, que las mujeres somos libres y que tenemos los mismos derechos. Diles que las expresiones de amor son ilimitadas. Que todos tenemos el derecho a ser diferentes. Háblales del poder de las plantas, de la importancia de los árboles. Del amor a la tierra sagrada. Que agradezcan los alimentos de la mesa, que recuerden al campesino que ha trabajado creciendo la cosecha. Que agradezcan a la madre agua por todas sus bendiciones. Que aprendan de los animales y de las flores. Que aprendan de los sagrados elementos y de los ciclos y procesos. Que recuerden siempre que cada uno tiene su tiempo. Que llega una edad en la que tienen que hacerse responsables, que su felicidad depende solo de ellos, y que son libres para volar por los aires. Nunca olvides explicarles con verdad y claridad las situaciones, es así que evitarás huellas y traumas en su alma. Si tienes hijos, recuerda que el tiempo y el acercamiento son los más dulces alimentos. Nada material suple la presencia de mamá. Recuérdales que no existe la culpa, ni la escasez. Que vinieron en abundancia infinita para crear un mundo lleno de paz. Con amor, Lucrecia Astronauta Ilustración: Rocio Vigne Del muro de Mujer Semilla

from Escuela Futuro para Nuestros Hijos